Escribe Ignacio Ramonet en Le Monde diplomatique
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Nos lo temíamos (1). Y tanto la literatura (1984, de George Orwell) como el cine de anticipación (Minority Report,
de Steven Spielberg) nos habían avisado: con los progresos de las
tecnologías de comunicación todos acabaríamos siendo vigilados. Claro,
intuíamos que esa violación de nuestra privacidad la ejercería un
Estado neototalitario. Ahí nos equivocamos. Porque las inauditas
revelaciones efectuadas por el valeroso Edward Snowden sobre la
vigilancia orwelliana de nuestras comunicaciones acusan directamente a
Estados Unidos, país antaño considerado como “la patria de la
libertad”. Al parecer, desde la promulgación en 2001 de la ley “Patriot Act”
(2), eso se acabó. El propio presidente Barack Obama lo acaba de
admitir: “No se puede tener un 100% de seguridad y un 100% de
privacidad”. Bienvenidos pues a la era del ‘Gran Hermano’...