La
felicidad no siempre requiere escalar una alta montaña ni bajar a las
profundidades marinas. Bien lo sabía cierto personaje de Stefan Zweig
cuando se encontraba en un boulevard parisino, en una tarde deliciosa,
sin nadie que le esperara. Con tiempo para disfrutar —en libertad— del
placer de hacer lo que le viniera de gusto, lo mismo visitar un museo
que leer un libro o tomar un café. Sin embargo, entre todas las
posibilidades, se decidió por la que creyó más razonable: no hacer nada.
Así, entregado al dolce far niente, se dejó llevar por la magia del azar.
Nuestro hombre disfrutaba de una compañera con mala prensa, la
supuesta madre de todos los vicios. Pero la pereza, contra lo que pueda
parecer, no siempre ha sido el objeto de la inquina de los moralistas de
todo pelaje. Los clásicos supieron ver que la obsesión del trabajo por
el trabajo resulta, cuando menos, problemática. Séneca, en su tratado
acerca de la brevedad de la vida, criticaba a los que, por ambición, se
obsesionaban con un esfuerzo contraproducente para hacer de la
existencia algo grato. Así, acababan ahogándose en sus propias riquezas,
fueran materiales o intelectuales: “¡A cuántos la elocuencia, a fuerza
de ostentar ingenio cada día, les hizo expectorar sangre!”. Se trata,
pues, de no perder el tiempo en ocupaciones que no llevan a ningún
sitio. Porque somos frágiles y no vamos a durar para siempre, aunque nos
comportemos como si fuéramos a quedarnos de muestra. Por eso, según el
filósofo cordobés, es de necios esperar a los cincuenta años para
entregarse al descanso. ¿Qué garantía tenemos de alcanzar esa edad? Por
tanto, no nos carguemos con ocupaciones que nos distraigan de lo más
importante, vivir.Welcome!
Te invito a que te des un garbeo por este territorio fronterizo, donde encontrarás algunas cosillas mías, las de otros y tal vez algunas tuyas, si quieres. Además, también iré colgando algunas de las cosas que despierten mi curiosidad, confirmen o desafíen mi pensamiento y mis creencias, o me generen algún cosquilleoCuando te apetezca acompañarme, ten a mano los auriculares, sobretodo si quieres escuchar bien los mélanges (sorry, pero en ese tema no he aprendido nada nuevo). Y si no visualizas bien la página, cambia la resolución de tu pantalla a 1280 x 1024. Hala pues!, sírvete un drink, unas almendritas o prende un cigarrillo, y pincha el gadget, que esto despega ya...
09 junio 2016
04 abril 2016
10 febrero 2016
09 febrero 2016
La serie 'Supervivientes en busca de refugio', de Olmo Calvo, ha ganado el premio Internacional de Fotograría Humanitaria Luis Valtueña, de Médicos del Mundo. El trabajo sigue los pasos del éxodo de personas sirias, iraquíes o afganas que huyen de la guerra. Su destino: los países del norte de Europa. En esta imagen, un niño duerme en un banco del parque Bristol de Belgrado (Serbia). En ese parque pasaban la noche cientos de refugiados antes de continuar su camino hacia Hungría. (30/08/2015). | Foto: Olmo Calvo.
http://www.eldiario.es/desalambre/FOTOS_12_481321864.html