La lluvia nos trae el agua y el sol nos da la electricidad. Las fuentes dels Ports nos calman la sed y los caminos pedregosos la prisa.
Las estrellas entran
por la ventana, y las cucut, las chicharras y el rumor de lo riu por la oreja.
El futuro se para en un mar de olivos.
La agitación la ponen
las olas del Morro del Gos y las gentes de La Cava , esa villa de bouesia, ramales, cruces,
divergencias y matxembrat institucionalizado, donde la confusión y la pérdida devienen protocolarias.
El olvido es un pic-nic
nocturno en la playita solitaria de Cap Roig, mientras contemplas la silueta
recortada del Delta allá, un poquito más lejos.
Y el Delta..... luz, color, olor, universo inmenso.
Gracias M. por
regalarme un trocito de esa vida.