“El consumo es el acto político por excelencia. La herramienta más poderosa
que jamás haya tenido el hombre entre manos”. Lo dice Miguel Conde en su libro
“Knowcosters. Cuando el low cost es el mal”.
No se trata de plantear un boicot (¿o quizá sí?) pero nos invita a
imaginar, por un momento, “que España y el resto de países del sur de Europa
dejáramos de consumir productos alemanes durante seis meses. ¿Mantendría Merkel
el mismo grado de exigencia hacia estos estados?”. Obviamente no. El mayor
exportador del mundo (“por encima de China”, recuerda Conde) estaría ‘vendido’
si sus vecinos no comprasen sus productos.
Pero como cualquier arma, añade, hay que aprender a manejarla. Mal
utilizada da lugar a fenómenos tan catastróficos para la sociedad como el low
cost. “Surge porque tenemos las mismas necesidades pero menos dinero”. Lo que,
en apariencia, es la solución ideal ante un panorama como este es en realidad
el principal mal del estado de bienestar. Porque para vender más barato,
subraya, hay que producir más barato. Y esto supone a su vez menos calidad de
las materias primas, mano de obra más barata, deslocalización…
Por eso, frente al low cost, Conde defiende en Know Cost, que consiste
precisamente en consumir como se piensa. Y pone un ejemplo, ¿comprarías un
producto que tenga a niños trabajando 15 horas diarias y cosiendo con los
dientes?
Consumir como un knowcoster supondría, en ocasiones, comprar menos, en
otras no hacerlo, en otras cambiar el producto que eliges… “Se trata de una
forma de consumir que conozca el coste real de los productos, el que se ve y el
que no se ve, el directo y el indirecto”.
Para poder seguir esta nueva pauta de consumo sería necesario conocer el
Triple Marcaje del precio, el cual, además del PVP, incluiría el Coste Planeta
y el Coste de Estado de Bienestar. Conde está seguro de que ante dos productos
similares, el consumidor elegiría la opción en la que estos dos últimos tipos
de costes fueran inferiores, incluso aunque el PVP fuera algo superior.
Conde señala que su libro no es un manual que trate de decir lo que se debe
de hacer ni que pretenda arreglar el mundo, pero sí que puede considerarse un
libro de combate ante un poder silencioso y sibilino “capaz de aparecer como la
solución cuando en realidad es el principal problema”.
Yorokobu.