Escribe Gemma Lozano en Yorokobu
Es un "obrero” extremeño que un día “quedó fascinado por la magia de
crear algo de la nada”. No tiene un estilo definido aunque reconoce que
pasó mucho tiempo buscando una identidad pictórica. Lo que encontró fue
un “soporte ideal para expresarse”: la basura.
Francisco de Pajaro
no es el único artista que trabaja con material de desecho pero seguro
que es uno de los más autoexigentes y con menos pelos en la lengua.
Lo que dice de sí mismo y de su trabajo
va más allá de la modestia: “Pinto porque es lo que peor se me da en
esta vida por lo que, cada vez que lo hago, es una motivación para
superarme. Si lo hiciera muy bien me aburriría y caería en la
autocomplacencia”.
Pese a ser “una de los lugares más represivos con el arte urbano” fue en la ciudad condal donde nació
Art in Trash.
“Ha sido secuestrada por unos políticos engreídos y codiciosos. En
Barcelona, he visto cómo la policía multaba a ciudadanos por opinar
sobre mi trabajo con la basura. Algo insólito”.
En
todas ellas ha trabajado con basura porque “cada uno trabaja con lo que
quiere o con lo que puede. Hace 5 años no se me hubiese pasado por la
cabeza trabajar con despojos”.
Cuenta que lo empezó a hacer tras un desengaño y no precisamente
amoroso: “El sistema y mucha parte de la sociedad me hizo creer que
hacer arte en la basura o en otros medios no tiene ningún valor. Que el
buen arte y de calidad solo está en los museos y en la galerías que
ellos crean para sus intereses, y que si no llegas a estos lugares no
serás considerado un buen artista”.En En resumen, y “hablando fino”, Francisco de Pajaro dice haber
“mandado a tomar por culo todas estas formas de esa parte de la sociedad
que detesto. Estoy de acuerdo con alguien que dijo que el arte ha sido
secuestrado por las grandes esferas, por políticos incultos y por el
elitismo de una sociedad enferma”. La venganza de Pajaro consistió en
salir a la calle donde dice “intento hacer arte de mala calidad y con
recochineo”. resumen, y “hablando fino”, Francisco de Pajaro dice haber
“mandado a tomar por culo todas estas formas de esa parte de la sociedad
que detesto. Estoy de acuerdo con alguien que dijo que el arte ha sido
secuestrado por las grandes esferas, por políticos incultos y por el
elitismo de una sociedad enferma”. La venganza de Pajaro consistió en
salir a la calle donde dice “intento hacer arte de mala calidad y con
recochineo”.
Y parece que algún que otro efecto ha surtido porque,
Francisco asegura, “antes, las galerías me cerraban las puertas cuando
mostraba mi trabajo limpio en los lienzos y ahora que lo hago en la
basura me abren las puertas de par en par”.
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