Las
llamas devoran uno de los espacios de mayor valor
medioambiental de Mallorca, las estribaciones y el litoral de la sierra de
Tramontana, declarada patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, una de las postales turísticas clásicas y
escenario de la vida agrícola de montaña. Grandes espacios vírgenes que estaban
cubiertos por los pinares, acantilados y zonas del litoral tienen el aspecto de
un paisaje lunar, gris y negro, desnudo y aún con rescoldos humeantes. Antiguos
campos de olivos seculares han quedado cobrizos y carbonizados.El País
