Kenneth Goldsmith es un tipo singular. De
vestimenta estrafalaria, muchos lo confundirían con un moderno cualquiera,
pero detrás de esa imagen se esconde un artista y poeta singular, creador de
uno de los conceptos más transgresores del universo literario: la Uncreative
Writing.
Practicar el Uncreative Writing consiste en no
crear, en no ser novedoso ni mucho menos original. De lo que se trata es de
robar, de plagiar, de simplemente pasar un texto de un lado a otro. Como él lo
hizo en su momento con su obra Día, en la que transcribió todo el
texto del New York Times del 1 de septiembre del 2000, aunque
uno de sus primeros experimentos había sido Soliloquio, donde
escribió todas las palabras que había pronunciado a lo largo de una semana.
Goldsmith es consciente de que las obras realizadas con la Uncreative Writingno
son para leerse, sino para pensar en cosas acerca de las que jamás pensamos.
Está convencido de que el éxito de un libro radica en la cantidad de debate que
genera.
En sus clases en la Universidad de Pennsylvania les pide a sus
alumnos que no sean creativos ni originales. Si lo son, su nota disminuye. Lo
que deben aprender es a apropiarse de los textos y a fingir que son suyos. En
otras palabras, no deben aprender a ser buenos escritores, sino buenos
ladrones. El objetivo es que aunque ya han robado durante muchos años,
deben teorizar sobre qué roban y por qué roban. «De lo que se trata es la forma
en la que unen la información; es a lo que llegaremos en el futuro, no hay
forma de revertir el reloj», señala.
La era digital tiene una gran influencia en esta corriente
de no-creación. Para Goldsmith la idea de genio, como ser aislado y casi
divino, ya no tiene cabida en el mundo tecnológico, el cual permite convertir
en un no-creador a miles de personas. Él utiliza el ejemplo del DJ, quien no
crea absolutamente nada, sino que utiliza los sonidos creados por otros para
transformarlos en otra cosa, pero que no es nuevo, solo se saca del contexto
del que fue creado. «Ya no hay necesidad de escribir algo nuevo»,
asegura.
Lo curioso es que las nuevas ideas sobre escritura, poesía y
literatura han llevado a Goldsmith al Olimpo de las letras y el arte. Es el
único Poeta Laureado del MoMA de Nueva York, cargo que antes no existía
anteriormente. Lo cierto es que su obra siempre ha estado más ligada al arte
que a la literatura. Por ejemplo, una de sus instalaciones más conocidas fue la
realizada en México, donde alquiló un local de 500 metros cuadrados
y techos de seis metros con el objetivo de cubrir este espacio con la impresión
en papel de todo lo que salga de internet.
Para él eso es arte y poesía, y parece que para muchos
también lo es. Como muchos, que pueden considerar este artículo como original,
pero lo cierto es que fue realizado con trazos de una entrevista en vídeo realizada por el Centro de Cultura
Digital de la Ciudad
de México, un artículo de El País y el canal de noticias RT.
Eso, Uncreative Writing.