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Te invito a que te des un garbeo por este territorio fronterizo, donde encontrarás algunas cosillas mías, las de otros y tal vez algunas tuyas, si quieres. Además, también iré colgando algunas de las cosas que despierten mi curiosidad, confirmen o desafíen mi pensamiento y mis creencias, o me generen algún cosquilleoCuando te apetezca acompañarme, ten a mano los auriculares, sobretodo si quieres escuchar bien los mélanges (sorry, pero en ese tema no he aprendido nada nuevo). Y si no visualizas bien la página, cambia la resolución de tu pantalla a 1280 x 1024. Hala pues!, sírvete un drink, unas almendritas o prende un cigarrillo, y pincha el gadget, que esto despega ya...

Aquí el Mix: Una altra galaxia (Pastora)© + Apolo XI.
Aquí el video y la letra en castellano
"Lo que uno ya es incapaz de contar con el cuerpo y el espíritu termina contándolo con la música" S.Marai

04 noviembre 2012

Festejando el Día de Muertos

Nos cuentan que allá en México, la manera especial en que celebran este día es fruto del sincretismo entre la religión católica y las paganas de mesoamérica. El 1 de noviembre vuelven las almas de los niños difuntos que no habían sido bautizados y el día 2, todas las demás. Vienen del Mictlán, el reino de los muertos, a degustar de nuevo los placeres de la vida. Para ello se monta un altar donde se colocan los retratos de los difuntos acompañados de los placeres que más les gustaban, como alcohol o comida. Otros elementos característicos son las velas, que se colocan en el suelo desde la puerta de entrada hasta el altar y que representan el camino que deben seguir desde el Mictlán hasta al reino de los vivos. El altar también se adorna con sal, tierra, agua, fuego y la flor de cempasuchil de color amarillo. Los anfitriones comentan que “a los mejicanos nos asusta tanto la muerte, que nos burlamos de ella” y que esta celebración es una manera de dar la vuelta a la tristeza que acompaña la muerte de un ser querido.  

El pueblo mexicano ha creado un singular elemento subjetivo de defensa contra la muerte, con la colaboración de la muerte misma. Para ello le basta colocarse, ayudado por la fantasía, en el terreno en que la gran niveladora barre a todos, ricos o pobres, humildes y poderosos, con la misma inexorable guadaña. Prólogo a la obra  "José Guadalupe Posada - ilustrador de la vida mexicana"