Welcome!

Te invito a que te des un garbeo por este territorio fronterizo, donde encontrarás algunas cosillas mías, las de otros y tal vez algunas tuyas, si quieres. Además, también iré colgando algunas de las cosas que despierten mi curiosidad, confirmen o desafíen mi pensamiento y mis creencias, o me generen algún cosquilleoCuando te apetezca acompañarme, ten a mano los auriculares, sobretodo si quieres escuchar bien los mélanges (sorry, pero en ese tema no he aprendido nada nuevo). Y si no visualizas bien la página, cambia la resolución de tu pantalla a 1280 x 1024. Hala pues!, sírvete un drink, unas almendritas o prende un cigarrillo, y pincha el gadget, que esto despega ya...

Aquí el Mix: Una altra galaxia (Pastora)© + Apolo XI.
Aquí el video y la letra en castellano
"Lo que uno ya es incapaz de contar con el cuerpo y el espíritu termina contándolo con la música" S.Marai

01 octubre 2012

Sarajevo, ciudad mélange


Hoy he vuelto a tener un pensamiento, y más de una emoción, al recordar que justo por estas fechas visité Bosnia y Herzegovina   por primera vez, hace algunos años ya, y en pleno Ramadán. De todas las ciudades que he visitado, ninguna como esta me caló tan hondo, y de ninguna volví tan cargada de emociones encontradas. Y de preguntas.

Encontré una ciudad-mélange,  con cicatrices pendientes de coser y algunas miradas extraviadas,  pero con un paisaje urbano lleno de  vitalidad, de terracitas con sillas de mimbre y una arquitectura que refleja la mezcla de su rico legado cultural, con sus mezquitas, sus iglesias y sus sinagogas. Una ciudad fascinante, perfumada a todas horas por el café y el humo de las chimeneas de los restaurantes de  cevapcici  de la Bascarcija, el barrio turco, y llena de pastelerías como la Ramis de la calle Saraci, auténtico paraíso de golosos,  con su deliciosa repostería,  a caballo entre Viena y Estambul, otro ejemplo más de ese  melt pot. Y es que, son muchos los pueblos que a lo largo de la historia cruzaron el puente del Drina y fueron dejando su poso cultural en este territorio fronterizo. A propósito, recomiendo mucho la lectura de la novela Un puente sobre el Drina, de Ivo Andrich, a pesar de que su primer capítulo es bastante escalofriante. Aviso.
 
Otro día me detendré a escribir más sobre  ese rompecabezas en el que se ha convertido este desdichado país,  y sus dificultades para vertebrarse y recuperar su lugar en el mundo. Y, para animarte a visitarlo, te contaré algo sobre su paisaje y su paisanaje, sobre la extraordinaria hospitalidad de su gente,  el festival internacional de cine de Sarajevo y su intensa vida cultural, el exquisito sumum (ese pan que me vuelve loca) o el burek (fast food casero buenísimo),  el Ramadán eslavo, las conservas y confituras,  la diáspora, las coquetas chicas muslims de Mostar, las aguas verde esmeralda del Neretva, los contrastes entre esa belleza bucólica de marco incomparable y los morterazos de las ruinas de los edificios......




Porque este bonito y fascinante país es algo más que el escenario de aquella guerra cruel y de  aquel “Welcome to Sarajevo” grafiteado en una fachada agujereada como un colador. Y es que, como dice el reportero Gervasio Sanchez, “la guerra se vuelve más incomprensible cuando ya no está presente”.

con estas ciruelitas hacen una confitura exquisita
                        La música la pone Goran Bregovic ©