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Te invito a que te des un garbeo por este territorio fronterizo, donde encontrarás algunas cosillas mías, las de otros y tal vez algunas tuyas, si quieres. Además, también iré colgando algunas de las cosas que despierten mi curiosidad, confirmen o desafíen mi pensamiento y mis creencias, o me generen algún cosquilleoCuando te apetezca acompañarme, ten a mano los auriculares, sobretodo si quieres escuchar bien los mélanges (sorry, pero en ese tema no he aprendido nada nuevo). Y si no visualizas bien la página, cambia la resolución de tu pantalla a 1280 x 1024. Hala pues!, sírvete un drink, unas almendritas o prende un cigarrillo, y pincha el gadget, que esto despega ya...

Aquí el Mix: Una altra galaxia (Pastora)© + Apolo XI.
Aquí el video y la letra en castellano
"Lo que uno ya es incapaz de contar con el cuerpo y el espíritu termina contándolo con la música" S.Marai

14 octubre 2012

Marai. La mujer justa (4)

En cualquier vida que sea digna de tal nombre llega un momento en que uno se hunde en una pasión como si se estuviera zambullendo en las cataratas del Niágara. Sin salvavidas, naturalmente. No creo en los amores que empiezan como un simpático paseo campestre, caminando por el bosque inundado de sol con la mochila a la espalda, entonando alegres canciones... ya sabes, esa exuberancia de«día de fiesta» que invade la mayoría de las relaciones humanas en sus fases iniciales... Esa exuberancia es bastante sospechosa. La pasión no tiene nada de fiesta. Esa fuerza sombría que crea y destruye el mundo sin cesar no pregunta nada a aquellos a quienes toca, no quiere saber si les gusta o no, no le importan mucho los sentimientos humanos. Lo da y lo pretende todo: exige un impulso incondicional que se alimenta de la misma energía primordial que la vida y la muerte. No hay otro modo de conocer una pasión de verdad... ¡Y qué pocos llegan a este punto! Las personas en la cama se acarician y se hacen cosquillas, se cuentan un mar de mentiras, fingen debilidad, quitan al otro por egoísmo lo que más les conviene y a lo mejor se dignan, por complacerse a sí mismas, arrojarles algunas sobras de su satisfacción... Y no saben que todo eso no tiene nada que ver con la pasión.